Fue en la cátedra de Curaduría II cuando entendí de qué iba esta práctica. Mi profesora, para ese momento Claudia Porcellana, comentó que una curaduría debe ser vista como un medio de comunicación más y allí la cosa hizo click. Ya casi al final de la presentación de ese día entendía que mi elección no había sido tan arbitraria como pensaba sino que era parte de un proceso de formación que iba desde mis últimos años de formación secundaria, al proyectarme como comunicadora social hasta el momento de elegir emprender una segunda carrera de la cual tenía poca idea llamada Curaduría y gestión de arte. Y es que más allá que el armado de una exhibición, la curaduría vista como una profesión teórica-práctica sirve de medio para materializar de manera teórica vínculos y reflexiones que de otra manera quedarían en meras asociaciones intercambiadas oralmente con el par de amigos que asientan con interés los postulados y las referencias visuales de otros, profesados por un individuo consid
es un espacio de reflexión, de crítica y producción de textos con contenidos acerca del arte contemporáneo. Busca ser una bitácora que de cuenta de un recorrido físico, mental y espiritual -en la medida en que se pueda- por las diversas manifestaciones que ocurran en el entorno de esta autora. Lo único que persigue con esto es mejorar, a través de la práctica, los metadiscursos acerca del arte y de las producciones artísticas, que en este espacio-tiempo se generen.